Aumenta la violencia en Libia y los rebeldes avanzan en el oeste

BENGASI, Libia (Reuters) - Fuerzas leales a Muamar Gadafi lanzaron un contraataque el jueves, combatiendo con los rebeldes que han amenazado el control del líder libio al tomar importantes localidades cercanas a la capital.

La oposición ya controla grandes centros del este, como la capital regional, Bengasi, y las informaciones de que las localidades de Misrata y Zuara, en el oeste, también cayeron colocaron la revuelta más cerca de la base de poder del veterano presidente.

Los enfrentamientos en Zawiyah, un centro petrolero a 50 km de la capital, causaron 10 muertos, según un diario libio.

El máximo responsable de derechos humanos en Francia dijo que hasta 2.000 personas podrían haber muerto hasta ahora en las revueltas.

En un errático llamamiento a la calma, Gadafi culpó de la revuelta al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, y dijo que los manifestantes fueron incitados con leche y Nescafé que contenían drogas alucinógenas.

Gadafi, que hace sólo dos días prometió en un discurso televisado combatir la revuelta y luchar hasta el final, no mostró hoy la ira de esa intervención.

En esta ocasión, habló a la televisión estatal por teléfono, sin aparecer en persona, y su tono parecía más conciliador.

"Tienen 17 años. Les dan pastillas por la noche, les ponen pastillas alucinógenas en sus bebidas, en su leche, su café, su Nescafé", dijo Gadafi.

Un residente de Trípoli, que no quiso ser identificado porque temía represalias por hablar a un medio extranjero, dijo a Reuters: "Parece como si se hubiera dado cuenta de que su discurso con ese lenguaje fuerte no tuvo efecto en la gente. Se está dando cuenta de que va a ser cuestión de tiempo el capítulo final: la batalla de Trípoli".

CONTRAATAQUE

Hombres leales a Gadafi atacaron el jueves a las milicias antigubernamentales que controlan Misrata, la tercera ciudad de Libia, a 200 km al este de Trípoli, y mataron a varias personas en enfrentamientos registrados en el aeropuerto de la ciudad.

Se informó de que había soldados en las carreteras que llevan a Trípoli. En Zawiyah, testigos dijeron que las fuerzas pro y anti Gadafi estaban disparándose en las calles.

"Esto es caótico. Hay gente con pistolas y espadas", dijo Mohamed Haber, que pasó por Zawiyah cuando se dirigía a Túnez el jueves.

El canal Al Yazira mostró imágenes el jueves de lo que describió como una comisaría de policía incendiada. Pero un testigo indicó a Reuters que el Ejército libio mantenía una fuerte presencia allí.

Milicias opositoras tienen el control de Zuara, ubicada a unos 120 km al oeste de Trípoli, según trabajadores de la construcción egipcios que huyeron hacia Túnez. No había rastro de la policía o el Ejército y la ciudad estaba al mando de "comités populares" armados con armas automáticas.

El levantamiento ha interrumpido virtualmente las exportaciones de petróleo, informó el presidente de la italiana ENI, la mayor compañía extranjera que opera en Libia. Los disturbios han impulsado los precios del petróleo hasta los 120 dólares el barril, amenazando la recuperación económica global.

Instalaciones petroleras clave al este de la capital están en manos de los rebeldes, según residentes de Bengasi en contacto con gente de la región.

Esta nación desértica produce casi el 2 por ciento del petróleo mundial.

Los líderes mundiales condenaron la sangrienta represión de Gadafi contra la revuelta que ya dura una semana, pero han hecho poco para detener el derramamiento de sangre en la última revolución que está sacudiendo al mundo árabe.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se unió a los líderes occidentales al condenar la violencia.

"Es imperativo que las naciones y los pueblos del mundo hablen con una voz", dijo Obama.

"El sufrimiento y el derramamiento de sangre es vergonzoso", agregó.

El ministro de Defensa francés, Alain Juppe, declaró que esperaba que Gadafi estuviera "viviendo sus últimos momentos como líder". El ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, instó al mundo a incrementar la presión sobre el mandatario, que parece estar perdiendo el control sobre Libia.

HASTA 2.000 MUERTOS

El principal responsable francés de derechos humanos dijo que hasta 2.000 personas podrían haber muerto en la revuelta y temía que Gadafi podría desencadenar un "terrorismo migratorio" en Europa mientras su régimen se derrumba.

"La cuestión no es si Gadafi caerá, sino cuándo y a qué coste humano", dijo a Reuters François Zimeray. "Por ahora las cifras que tenemos (...) han muerto más de 1.000, posiblemente 2.000, según fuentes".

Bengasi, la capital regional oriental del país donde comenzó la rebelión hace una semana, está comenzando a autogestionarse con "comités populares". En el este de Libia, muchos soldados se han retirado del servicio activo.

Un corresponsal de Reuters en la ciudad vio a una docena de personas retenidas en un edificio judicial que los residentes dijeron que eran "mercenarios" que respaldaban a Gadafi. Algunos dijeron ser africanos y otros del sur de Libia.

Algunos residentes encolerizados destruyeron un complejo de barracones que dijeron que había sido usado por los mercenarios.

En Trípoli, que sigue cerrado a los medios extranjeros, los residentes locales dijeron que estaban demasiado asustados para salir fuera por temor a ser disparados por las fuerzas pro-gubernamentales.

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