El líder libio Muammar Gaddafi juró hoy combatir a los manifestantes que buscan derrocarlo y morir como “un mártir” en su país, vociferando y agitando el puño en un discurso furioso emitido por la televisión estatal.

Envuelto en túnica y turbante color marrón, Gaddafi habló desde un podio instalado en la entrada de un edificio semidestruido que parecía ser su residencia alcanzada por bombas estadounidenses en la década de 1980 y que se dejó sin reparar como monumento.

“Muammar Gaddafi es el líder de la Revolución, sinónimo de sacrificios hasta el fin de los días. Es mi país, el de mis padres y antepasados”, subrayó el dirigente libio en respuesta a los llamamientos para que deje el poder y azuzó a sus partidarios a salir a las calles para apoyarlo.

También afirmo que los manifestantes opositores -a los que llamó “ratas y mercenarios”- son pasibles de “ser condenados a la pena de muerte”, que países árabes y extranjeros de intentar desestabilizar su régimen y que las cadenas internacionales de noticias “trabajan para el diablo”.